Glorieta de Colón
¿Quién en su sano juicio va a renunciar a un salario de casi 100 mil pesos mensuales, gastos de representación, coche, chófer, celulares, todo un staff de apoyo, asesores, ayudantía, viáticos y, sobre todo, la exposición pública que te da un cargo público de primer nivel?
Por supuesto que tampoco Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Por eso declinó la oferta del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, para que quienes aspiran a la candidatura presidencial dejen el cargo público a la brevedad.
Para Sheinbaum no hay prisa. Dice que lo hará después de la primera encuesta. Lo que quiso decir, es que esperará a que se lo ordenen en Palacio Nacional, donde coordinan su campaña.
A pesar de todo, Sheinbaum debería valorar que en las últimas semanas se le ha ido descomponiendo el clima político en la capital, crecen las deficiencias en los servicios para los ciudadanos, que son su obligación, y tuvo que recurrir a la represión y al golpismo porque están rebasados.
En este contexto, a la mejor a Sheinbaum le convendría más separarse de su cargo antes de que las cosas se pongan peor y sus niveles de aprobación desciendan a niveles que nadie le crea que puede ganarle a Ebrard.
Fiscalía porosa
El caso de la orden de aprehensión contra el diputado local del PAN, Christian Von Roehrich, dejó ver al menos dos enormes debilidades de la 4T en la CDMX. La primera, que la Fiscalía General de Justicia, que encabeza Ernestina Godoy, tiene más hoyos que las avenidas de la capital que no bachean desde hace años. Resulta que el panista pudo eludir su captura planeada para que ocurriera en las puertas del Congreso, porque de la Fiscalía le filtraron la información de que iban por él.
Otra penuria de la 4T fue que el juzgado tardó más de 48 horas en darle entrada a la solicitud de detención por parte de la Fiscalía, porque estaban en paro, pues les tenían retenidos sus aguinaldos desde la Secretaría de Finanzas de Sheinbaum. El plan era tener desde el martes la orden de captura, pero fue hasta el jueves, cuando el juez la concedió, después de que empezaron a pagar las prestaciones laborales.