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La emancipación de Taboada

FOTO: X / Taboada
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Mensaje Político

La emancipación de Taboada

Alejandro Lelo de Larrea

Después de que en los comicios del pasado 2 de junio Santiago Taboada obtuvo 2 millones 161 mil votos para la Jefatura de Gobierno hay que hacerse varias preguntas: ¿Todavía debe seguir siendo subordinado político de Jorge Romero?, el hasta ahora mandamás del panismo en la Ciudad de México. ¿Esa tal cantidad de votos, ese enorme capital político le alcanza a Taboada para emanciparse y construir por sí mismo lo que sigue en su carrera política? No se trata de traiciones, ni de rupturas, sino de un paso natural, una separación por acuerdo mutuo, en la que concluyan en muy buenos términos, con esa comprensión de que ambos tienen que ir a su siguiente etapa política. El mismo Romero se perfila favorito para presidir el PAN a nivel nacional.

Otra pregunta que hay que hacerse: ¿Taboada estará dispuesto a su emancipación?, porque de lo que no parece haber duda que si no lo hace simple y llanamente posiblemente se estancará, siempre bajo la sombra del jefe máximo del panismo capitalino.

En la entrega de ayer de esta columna, dije que todo el modelo panista actual se agotó el pasado 2 de junio. En la CDMX no les fue mal, en comparación de la aplanadora que les pasó encima en el país a ellos y a sus aliados, el PRI y el PRD, que van irremediablemente hacia su extinción, o en el mejor de los casos a ser partidos testimoniales.

Nunca otro candidato del PAN había tenido tanto éxito en demarcaciones que son dominio de Morena, como lo logró Taboada en Iztapalapa, Tláhuac, Venustiano Carranza, Iztacalco, por citar algunos casos. Antes de esto, los panistas ni siquiera acudían a esas regiones chilangas.

La refundación del PAN capitalino pasa, quiérase o no, por el relevo de Romero, porque ya dio hasta donde tenía que dar. Taboada es un personaje que bien puede tomar ese liderazgo, pero no en el quítate tú para que me ponga yo. Si no lo hace con una profunda reflexión, diagnóstico serio, y aceptación de la decadencia del PAN, no va a poder rescatar a este partido, que ha sido de enorme relevancia en la historia de México desde 1939.

Si no hay acuerdo de emancipación, Taboada va a estar atado de manos en la estructura panista, porque Romero la controla en su totalidad. Además, dentro de la estructura del partido, Taboada no sería un factor de cambio, sino el quítate tú para que me ponga yo. Tiene que ser desde afuera de la estructura del partido desde donde encabece esa refundación del PAN, que puede incluir cambio de nombre y de colores, pero sobre todo retomar sus principios de doctrina históricos, y sin perder identidad –como le ocurrió en sus alianzas con el PRI y el PRD–, adecuarse al tramo que viene hasta la mitad del este siglo 21, en que su generación va a ser fundamental para la vida de México. Eso es lo que debe construir Taboada, ese es el tamaño de su reto, más que quedarse en una chambita en el partido, buscar un cargo de diputado, de senador. Como él mismo lo dice, debe encabezar lo que llama “la resistencia”.

Taboada también puede ser una figura muy importante para la consolidación de la unidad entre los alcaldes de las cinco demarcaciones que ganaron y así garantizar que gobiernen más allá del 2027: Cuauhtémoc, con Alessandra Rojo de la Vega; Coyoacán, Givoani Gutiérrez; Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe; Benito Juárez, Luis Mendoza, y Cuajimalpa, Carlos Orvañanos. Incluso, ayudarle a Lía Limón para lograr la nulidad en la Álvaro Obregón. Seguramente pronto se sabrá lo que hará Taboada. Lo veremos. (Esta columna se va de vacaciones. Volvemos el 1 de julio)

 

 

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