
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
En los últimos días, en televisión, estaciones de radio, ciertos medios impresos-digitales y algunos de esos llamados https://audiopronews.com/headlines/xqh5uim ‘influencers’ de redes sociales han alarmado a la gente de casi una Tramadol Cheap Online catástrofe para la Ciudad de México si hiciera erupción el volcán https://mhco.ca/8o9cmi84x Popocatépetl.
En estricto sentido, en el caso de la Ciudad de México es puro escándalo, alarde, acaso ganas de jalar https://colvetmiranda.org/sxx3j7d ‘raiting’, vistas, https://www.anonpr.net/k12x9w2i ‘retuits’, tráfico, porque el sensacionalismo llama la atención. Vende más decir que la Ciudad está en peligro inminente por el http://jannaorganic.co.uk/blog/2025/04/03/znlickunjf Popocatépetl, que publicar con responsabilidad que no hay tales riesgos. Hasta la tarde de este lunes, en la capital https://semichaschaver.com/2025/04/03/ke2mlzy5l ni siquiera había caído https://etxflooring.com/2025/04/cihev617i ceniza.
Para este tema y otros que pueden llevar al pánico social, sólo hay que confiar en fuentes bien identificadas, acreditadas: científicos reconocidos de instituciones de primer nivel, así como las autoridades de los tres órganos de gobierno. Para analizar y ofrecer información seria, entrevistamos a la titular de la https://www.villageofhudsonfalls.com/74njy8agyn Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del Gobierno de la Ciudad de México, source url Myriam Urzúa Venegas, quien a la pregunta de si los habitantes de la capital debemos sentir temor ante la posible erupción, respondió de inmediato y contundente: “No debemos tener miedo, el volcán está a https://lavozdelascostureras.com/n2utacpm 60 kilómetros de la Ciudad de México. Siempre lo hemos dicho y repetido: a watch 12 kilómetros del volcán es mejor no estar ahí”.
El diagnóstico y escenario del https://aalamsalon.com/txrca8wiys Centro Nacional de Prevención de Desastres y del https://reggaeportugal.com/72fn9g04ut Gobierno de la Ciudad de México lo comparte Myriam Urzúa: existe un incremento en la actividad del volcán, y para el caso de la see CDMX no se ha tenido que emitir una alerta o alguna contingencia, porque ni siquiera ha caído ceniza. Existe la ventaja de que los vientos han soplado en sentido opuesto a la capital; es decir, hacia el estado de Order Tramadol India Puebla y https://kirkmanandjourdain.com/yvkcsnlj0 Veracruz, rumbo al https://www.masiesdelpenedes.com/kabq43fs53g Golfo de México. “Tenemos estudios prospectivos que por lo menos las siguientes 18 horas –que será este martes por la tarde– los aires se van a mantener en la misma dirección.
Las noticias de pánico han tenido mayor veracidad porque se cambió el semáforo de alerta de https://faroutpodcast.com/xsqr7bat Fase 2 a Fase 3, para quienes habitan en poblaciones que se ubican a menos de 12 kilómetros de distancia, y en el caso de otras más distantes de Puebla y Tlaxcala, medidas de contingencia ante la caída de ceniza volcánica, que básicamente es la suspensión de clases en las escuelas y actividades a la intemperie.
En la CDMX, la Dirección de Protección Civil de cada una de las 16 Alcaldías está en alerta, y deben reportar de inmediato a la oficina de Myriam Urzúa si hay caída de ceniza. Hace 3 años hubo un evento muy parecido en intensidad, y las Demarcaciones más afectadas fueron las del del sur y del oeste: Tlalpan, Milpa Alta, Tláhuac, Xochimilco, Iztapalapa, Iztacalco. Hay mediana probabilidad de que pudiera llegar a la Gustavo A. Madero, y muy poco probable al centro geográfico de la CDMX.
El protocolo es que al momento que haya caída de ceniza se informa a la población en general, y también a la Autoridad Educativa de la SEP, misma que será la que instruya a las escuelas el procedimiento: si se usa cubrebocas, si se suspenden actividades al aire libre o incluso hasta las clases. De cualquier manera, esta alerta no llegaría de imprevisto, porque antes debería ocurrir el cambio de dirección de los vientos. “Y aunque el Popocatépetl arrojara lava, jamás va a llegar a la CDMX”. Es la conclusión de Myriam Urzúa. ¡No propaguen pánico!